domingo, 13 de marzo de 2011

meregalasteletras



Y cuando todo parecía tan extrañamente normal

te veo aparecer en lugares comunes para mi,

pero donde tú nunca habías estado.


La realidad mezclada con gotas de ficción,

sensaciones que no son únicas, pero que valen la pena repetir.

Todo sazonado con un gusto casi enfermizo de no responderte nunca

y de mirarte con un hambre canibalesco. Esperando mucho de nada y un poco de todo.

Lo triste, simple, complicado y alegre de la situación; el repetirlo una y otra vez.

Quizás el gusto mutuo de esperar una respuesta a una pregunta que no sabemos formular,

mediante palabras que podemos recitar como un poema de presentación de básica.


Por eso no le escribo al mundo, por lo mismo da igual quien entienda.

Se que tú lo entiendes, a tu manera, se que yo me entiendo, a mi manera.

Y somos maneras tan iguales y distintas.

Que más da, si quedan días, noches (muchas noches), horas, minutos y vidas,

Para buscar bajo las mismas palabras nuevas respuestas

y de pasada responder muchas antiguas.

Por mientras seguiré con mi vocabulario insípido y mi mirada perdida en tu mirada.

Ofreciendo todo por casi nada. Es lo triste y sádico de las adicciones.



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